viernes, 27 de mayo de 2011

Abismos





Piedad Bonnett



Porque eres ave que girando en rebeldía
desafía la bruma
                                     la ardua noche
haciéndola más honda y más oscura
y más inmenso el mar
                                     porque eres nave y náufrago a la vez
                                     sin velas y sin anclas
                                     solitario
                                     profanador de todos los confines
potro de sombras desbocado y dulce
para la libertad
                                     y el cielo galopante
hecho de vientos y hecho de huracanes
y sin embargo calmo como el agua
de misteriosos y profundos lagos
                                     porque extraviado pero indiferente
                                     como un rey agraviado deambulas
                                     por los caminos de un imperio en ruinas
                                     porque eres un reloj sin manecillas
                                     un bello loto sobre los pantanos
porque te vi sonriendo en tus orillas
                    cayendo voy
                    errática y ardida
en tus oscuros mundos abismales.



Piedad Bonnett
Poeta, novelista, dramaturga y traductora colombiana nacida en Amalfi, Antioquia, en 1951.
Es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de los Andes en Bogotá,  donde ocupa la cátedra de Literatura  desde 1981.
Tiene una maestría en Teoría del Arte, la Arquitectura y el Diseño por la Universidad Nacional de Colombia.
Por su primer libro de poesía «De Círculo y Ceniza» publicado en 1989,  recibió mención de honor en el Concurso  Hispanoamericano de Poesía Octavio Paz.
En 1996 publicó «Ese animal triste» con el que se reafirmó como una de las voces más representativas de la poesía  colombiana contemporánea. Fue galardonada con el Premio Nacional de Poesía otorgado por Colcultura en el año de 1994  por «El hilo de los días». En 2011 obtuvo el premio "Casa América de Poesía Americana" por  "Explicaciones no pedidas".
Entre sus publicaciones también se destacan: «Nadie en casa» en 1994, «Todos los amantes son guerreros» en 1998,  «Tretas del débil en 2004», «Las herencias» y «Los privilegios del olvido» en 2008. 



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miércoles, 18 de mayo de 2011

Balada del mar no visto, rimada en versos diversos

León de Greiff



" No he visto el mar.
Mis ojos
–vigías horadantes, fantásticas luciérnagas;
mis ojos avizores entre la noche; dueños
de la estrellada comba;
de los astrales mundos;
mis ojos errabundos
familiares del hórrido vértigo del abismo;
mis ojos acerados de viking, oteantes;
mis ojos vagabundos
no han visto el mar...
La cántiga ondulosa de su trémula curva
no ha mecido mis sueños;
ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre;
ni aturdió mi retina con el rútilo azogue
que rueda por su dorso...
Sus resonantes trombas,
sus silencios, yo nunca pude oír...:
sus cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos;
ni su mutismo impávido cuando argentos y oros
de los soles y lunas , como perennes lloros
diluyen sus riquezas por el glauco zafir...!
No aspiré su perfume!
Yo sé de los aromas
de amadas cabelleras...
Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos
y frágiles y tibios;
de senos donde esconden sus hálitos las pomas
preferidas de Venus!
Yo aspiré las redomas
donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos;
las zábilas y mirras del mago Zoroastro...
Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar.
Mis labios sitibundos
no en sus odres la sed
apagaron:
no en sus odres acerbos
mitigaron la sed...
Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos,
labios cogitabundos
que amargaron los ayes y gestos iracundos
y que unos labios –vírgenes- captaron en su red!
Hermano de las nubes
yo soy.
Hermano de las nubes,
de las errantes nubes, de las ilusas del espacio:
vagarosos navíos
que empujan acres soplos anónimos y fríos,
que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos!
Viajero de las noches
yo soy.
Viajero de las noches embriagadas; nauta
de sus golfos ilímites,
de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
- vacíos de infinito..., vacíos...-Dócil nauta
yo soy,
y mis soñares derrotados navíos...
Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
de piratas...!el mar!
Mis ojos vagabundos
–viajeros insaciados- conocen cielos, mundos,
conocen noches hondas, ingraves y serenas,
conocen noches trágicas,
ensueños deliciosos,
sueños inverecundos...
Saben de penas únicas,
de goces y de llantos,
de mitos y de ciencia,
del odio y la clemencia,
del dolor
y el amar...!
Mis ojos vagabundos,
mis ojos infecundos...:
no han visto el mar mis ojos,
no he visto el mar! "

León de Greiff  (Medellín  1895- Bogotá 1976)  Descendiente de escandinavos, alemanes y españoles. Estudió  Derecho en Bogotá.  En 1915, fue uno de los trece 'pánidas', grupo que publicó una revista literaria en Medellín. Ocupó verios cargos en ministerios. También impartió clases de Literatura e Historia de la Música.  De su obra poética resultan importantes: Tergiversaciones (1925), Cuadernillo poético (1929), Libro de signos (1930), Variaciones alrededor de nada (1936), Farsa de los pingüinos peripatéticos (1942), Fárrago (1955), Obras completas (1960). (Enrique Valle) 
Su obra acoge en varias alusiones las mitologías escandinavas,  fue una personalidad compleja dentro del panorama de la poesía en español. Su lenguaje universal, a veces romántico, siempre lleno de matices  evoluciona desde lo puro y conciso  a una exuberante poesía  de  temperamento apasionado. Fundador del grupo "Los Nuevos," director de la revista Pánidas. Utilizó numerosos heterónimos, uno de ellos,  Sergio Stepansky.



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viernes, 6 de mayo de 2011

Cinco poemas para abdicar

Blanca Andreu


Cinco poemas para abdicar,
para que sean un destello terrestre en mi tránsito
mientras el vaivén de mi cuerpo me dote de viejo sueño      
      y tenga un altar adornado,
mientras mis ojos suspendan la aspersión del líquido más breve,
abandonen su aire lacustre y la ligereza de la lágrima cóncava      
      en donde beben grullas
y otras zancudas con pie de bailarina,
mientras mis manos sean hangares en las salinas negras
      para aviones de turbios vuelos,
mientras el súcubo murciélago diga en mi oído espuma      
      y diga oscuridad
en las marineras negras.

Cinco poemas para la marcha en el paisaje de sábana de hilo,
un páramo es encaje antepasado,      
iniciales bordadas hace ya tres mil días
y alguna mancha de amor.
     
Cinco poemas como cinco frutos cifrados
o como cinco velas para la travesía:
el primero hacia aquella a la que nadie ve en la vaga velada
      del lago:
un resquicio de abril para Virginia, porque amó a las mujeres.
     
El segundo para mi amor:
sé bien que encima de mis heridas busco la alondra      
      de tus heridas,
sé bien que encima de mis heridas una cigüeña pone sus huevos.
Encima de tus heridas las ramas de los nervios se han dormido
y ahora son alas, páginas, oleaje, seres verdes.
     
Encima de mis heridas yo descubro una tela desventurada
      y ocre,
rasgada de enemigos,
o una palabra emborrachada por el lacre.
Pero cuando me duerma
ya no te querré.
     
El tercero para la casa que cae y el álamo vihuela o jardín bello,
para el ángel que guarda a la lombriz,
para todo lo que es pueril o leve y que clava
submarinos anzuelos en los ojos adultos.
     
El tercero es para el corazón de la raíz
y para la cerrada tierra de los estambres,
para la lluvia seria de las siestas del norte,
mala como una institutriz.      
Dile que no se meta en los salones
y los llene de gafas estrujadas.
Ay, dile que no espante los espejos de mirada niña.
     
Había tres balcones sangrantes,
había tres balcones como tres heridas incurables del muro,
había tres balcones y siete temblorosos escabeles.
Ay, dile que no asuste las palabras palomas,
que no deje que vayan batiendo un aire usado con      
      alas de cuchillo.
Las palabras apátridas de mi tercer poema
que no me muerdan las mejillas
y las sonatas que yo no toqué nunca, que no cesen,
ni el pequeño cuaderno de Ana Magdalena.
Yo no dije: ¡silencio!,      
y ahora el réquiem se teje con seres y desastres consanguíneos.
Dejadme las hortensias vestidas de pupilas, con traje de mirada,
esa campana vegetal que ya no suena y llora un zumo epílogo,
y las magnolias catalejos,
y aquel sillar tan grande como el siglo más cíclope.
Yo no dije: ¡silencio!
pero me fui bebiendo vino de exilio en la boca de piedra,
bebiendo fermentado líquido migratorio,
los ramos de las tórtolas de agosto y el eco de la casa      
      que se cae.

Veo que no sobrevive el alma alta del muro,
la espuma voladora borracha de gaviotas,
el ángel que cuidaba la cucaracha de uva y la lombriz,
ni ningún pájaro como lágrima póstuma y celeste,
ni la resina tañendo su ámbar triste,
ni tampoco las malvas, las violentas, las verdes partituras.
     
El cuarto es para mi amor.
Amor mío,
sé bien que no te escupirá mi sueño y que tu cuello      
      no será sajado
por el filo último de mi sueño,
que no te insultará el hiriente corazón de mi sueño,
porque si duermo ya no te querré.
Sé bien que busco encima de mis heridas
el escorpión de oro de tus heridas.
Sé bien que encima de mis heridas sólo habita
la imagen encalada de mi muerte.
Y por eso voy a asesinar
con la virgen cuchilla barbitúrico
la muchedumbre de heroicos locos que entonan para mí      
      la pesadilla y el bostezo,
amor mío, sin asomar por la ventana
fuegos viejos, frescas cenizas,
familias errantes de soles.
     
Mi amor para la imagen encalada de mi muerte,
para la cal que se come a los niños,
para mi último caballo, oro, sobre asfalto celeste y el hule
      astral de abril.
Sé bien que galoparé en negro
porque negro es el color de los sueños,
negras las manos de la intimidad,
y sin espuelas, y sin bridas,
porque las espuelas son el poder, la aberración,      
estrellas de tijera y abismo.

El quinto para mi caballo,
para cuando ya estemos sucediendo
como dos estaciones
o dos días iguales.       

"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall" 1980


Blanca Andreu

Poeta española nacida en La Coruña, en 1959. Pasó su infancia y adolescencia en Orihuela, Alicante y Murcia y posteriormente se trasladó a Madrid donde contrajo matrimonio con el novelista Juan Benet en 1985. A raíz de la muerte de su esposo ocurrida en 1993, se radicó en La Coruña donde vive apartada de toda actividad pública.Obtuvo el Premio Adonais en 1980 con su libro «De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall» y el Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo en 1982 con «Báculo de Babel».Posteriormente publicó «Capitán Elphistone» en el año 1988 y «Sueño Oscuro» en el año 1989. Fue galardonada en 1981 con el Premio de Cuentos Gabriel Miró, en 1982 con el Ícaro de Literatura y en el año 2001 le fue otorgado el Premio Laureá Melá de Poesía por el libro «La tierra transparente».Está considerada como el punto de partida de la llamada «Generación postnovísima» española.